Hay muchas maneras de darse cuenta que una mujer no tiene estilo. Últimamente estoy harto de ver en el subte, el tren y el bondi minas pintándose, maquillándose, depilándose, como si estuvieran íntimamente a solas en el baño de su choza -sin subestimar ninguna choza-.
Por suerte uno vive en Buenos Aires donde las mujeres con estilo abundan.