Las veredas rotas, las calles rotas, los árboles sin podar, la bicisenda rota y con árboles a la altura de la cabeza, árboles sin podar a la altura del cuello (un ciego no hace nada; 190 ciegos por ahí arman algún bardo), las veredas tomadas por los bares, los parlantes de restos y bares en veredas jodiendo al vecindario, kioskos imposibles, baños en bares y resto imposibles, la recolección de residuos sin resolver (léase varios años de cartoneros o recicladores urbanos viajando en trenes así de higiénico) ,,, en fin,,, todos signos anticipatorios de la incapacidad administrativa -con o sin corrupción da igual, porque lo que cuenta es la incapacidad, la inacción, la falta de plan y realización-.
Nadie tenía que morir, pero tampoco tenía que haber salido reelecto un y su vicejefe. Ambos -al igual que su antecesor delarúa- ya habían mostrado sus alcances. A nadie mató la corrupción: es la incapacidad de administrar.
No te olvides a la hora de votar: con tu voto armás tu futuro.