Ahí la tenés, entre los dedos, untando la manteca, todo bien. Ahí sigue, y comenzás a untar la mermelada de cereza roja o de naranja amarga o de dulcedeleche, y te sentís un maestro, un capo del entramado gastronómico, hasta que repentinamente -inevitablemente con la última untada- la galletita se parte.
Habría que reforzar las galletitas con dos tiras de hierro aletado para la construcción de diámetro 8 milímetros, sujetado con grampas fijadas a la galletita y al subsuelo, con cemento armado reforzado, todo bien alisado, y con agarraderas de plástico de alto impacto laterales.
Ponete el casco y a desayunar !!!!